Navíos
Navíos que yacen en cementerios de arcilla,
Que anegan las melancolías de aquel que vivió
En el recuerdo de un amor imposible.
Lamentos de cuerpos marchitos
Que vacilan en el sustrato de la muerte,
Sin más perdón que el de la codicia,
Sin más protección que la melancolía.
El extraño triunfo del amor
Que parece oculto entre bastidores,
Soslaya la claridad perpetua
Y nos encontramos desnudos
Ante la evidencia ridícula
De no saber quienes somos.
Navíos que yacen en cementerios de arcilla,
Que anegan las melancolías de aquel que vivió
En el recuerdo de un amor imposible.
Nesolectura en torno a Bill Viola, poema recogido en el Epílogo,
Francisco J. Palomero Fernández
Maravilloso. Lo lei en verano pero nunca me deja de gustar… 🙂
Un beso nene muy grande.
Un beso enorme, hermana.